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domingo

Capítulo 7,primera parte.Traicionada.

Subí la cuesta que daba a la casa por segunda vez desde que estaba aqui,bajé del coche cogida de la mano de Diego,siempre intentabamos evitar las muestras de cariño delante de Rafael o Dani,fué Diego quien tomó la decisión,dijo que a Rafael no le parecía bien que los habitantes de la casa fueran novios entre ellos y como Dani era el hijo del jefe pues decidimos que delante de él tambien ocultariamos nuestro noviazgo.A mi sinceramente me daba igual,pues yo como realmente disfrutaba de Diego era a solas,en público con que me lanzara una mirada cómplice yo me conformaba o simplemente utilizaba alguna excusa para tocarme,a Rafael esto le pasaba desapercibido pero para nosotros ese contacto era tan especial como cualquier otro.Lo cierto esque cada vez que tocaba a Diego me sentía como en las nubes.
Subimos a mi cuarto.Diego se sentó en la cama mientras yo me deshacía las trenzas en el servicio,salí a la habitación para coger el pijama por lo que aprobeché para besar a Diego.Volví a meterme en el servicio y cerré la puerta tras mi,me quité rapidamente el vestido y me puse el pijama de pantalones largos y camiseta de tirantes,luego desbroché las hebillas de las sandalias salí de nuevo a la habitación.Diego no estaba,comenzé a llamarlo.
-¡Diego!-le llamó echando un vistazo en el balcón.
Salí al pasillo pero tampoco lo ví así que me metí en la habitación,que volviera cuando quisiese.
Había pasado una velada preciosa,era la primera vez que Diego y yo habiamos cenado en condiciones porque a las pizzas en la azotea con las latas de coca-cola y sentados en una toalla no sé si se le podían llamar cenas,aunque a mi me daba igual donde cenáramos o lo que hicieramos la cuestión era estar con él.Además sentía que nunca me separaría de él,quizás fuera porque todavía no nos habiamos peleado de verdad,habiamos tenido alguna que otra discursión pero siempre acabamos besándonos,como había dicho antes,éramos dos locos enamorados.Yo nunca había creido en el amor y mucho menos en el eterno pero mi historia me recordaba tanto a la de Noa y Allie,de la película El diario de Noa,siempre me había gustado la película,había leido el libro claro está,pero la película siempre me gustó mucho más,me hubiera encantado tanto vivir en aquella época,tener un noviazgo,que el chico se marchara a la guerra y años después volver a encontrarse y descubrir que aquella pasión de adolescentes jamás se marchó.
Algo me agarró el pie,empezé a patalear pero aquellas manos me agarraban con fuerza,hasta que por fin me di cuenta.Comenzé a reirme mientras Diego seguía toqueteándome los gemelos.Me arrestré bajo de la cama y comenzé a hacerle cosquillas a Diego mientras me llenaba de polvo.
-Blanca,no por favor-me decía Diego mientras se tronchaba.
-Sí,sí por listo.
Menos mal que la cama era bastante alta si no ya me hubiera metido algún que otro cabezazo.
Al final,cuando empezé a agobiarme salí de debajo de la cama y me tiré sobre esta,no sin antes sacudirme el polvo.
Diego se echó conmigo con las manos detrás de la nuca y los pies cruzados a la altura de los tobillos.Yo me eché bocabajo.Mientras lo miraba fijamente.
-Hoy vas a dormir aqui-inquirí mientras le acariziaba el antebrazo.
-No sé.
Me estremecí sin saber muy bien por qué.
-¿Cómo que no sabes?-pregunté de nuevo con el ceño funcrido.
-Pues que no lo sé Blanca,joder.
Meneé la cabeza y miré hacía otro lado.Aburrida,me levanté de la cama y rebusqué en las estanterias del armario,buscaba mi diario pero no estaba donde lo puse,miré en la estantería de abajo,quizás se había caido o algo,pero nada,no había nada.
-Maldita sea...-dije entre dientes-¿dónde coño lo habré puesto?
Diego me miraba atento,como sabiendo perfectamente lo que estaba buscando.
-¿Buscabas esto?
Me giré inmediatamente,se había incorporado y sostenía algo entre los dedos pulgar y índice,era el diario.
Le chille:
-¡¿Qué haces con eso?!
Se lo intenté quitar pero el lo agarró mas fuerte detras de su espalda.
-Explícame todo lo que hay aqui dentro-me ordenó como si lo que me pedía fuera lo mas corriente del mundo.
-¿Cómo?Devuélme el diario Diego,no tenías ningún derecho a leerlo.
-Sí que lo tengo,¿cuándo pensabas decirme todo lo de tu padre?-dijo con los ojos muy abiertos,su expresión cambió de repente-¡¿Y lo de tu padre?!-me chilló.
Me cubrí el rostro con las manos mientras comenzaba a llorar.Diego me intentó abrazar me lo esquivé inmediatamente.
-Dejame-le dije separando las sílabas.
Me pusé histérica de repente.
-¡Fuera!¡Fuera Diego!¡No quiero volver a verte!
Diego sacudió la cabeza y salió de la habitación.Y yo seguí llorando con lágrimas de rabía.Diego no tenía ningún derecho a leer ese diario,eran mis cosas,mis cosas íntimas,ahí hablaba de Dani,de lo mucho que lo quería,Diego seguro que había malinterpretado mis sentimientos y no no era así,maldita sea porque no se me ocurrió especificar en el diario que lo quería como un hermano,claro,nunca pensé que nadie pudiera leerlo.
Me sentía tan...decepcionada por Diego.Abrí la puerta de la habitación casi con violencía y subí las escaleras pisando fuerte los escalones.Diego efectivamente estaba en la azotea.Me cruzé de brazos apoyada en la cristalera.
¿Por qué siempre que discutiamos acababamos en la azotea?
-¿Por qué los has hecho?¿Por lo has leido?-pregunté intentando mantener la calma.
Se hizo una pausa hasta que Diego contestó al fin:
-Sinceramente no sé que decir.No voy a intentar darte una explicación lófica ni decirte que lo leí accidentalmente porque no es verdad.Solo sentía curiosidad y vi ese diario donde estaban todos tus secretos,donde mostrabas tus sentimientos tal y como eran.Pensé que era la única manera de saber la verdad sobre ti.
Ahora era yo la que me había quedado sin palabras.
Estaba pasmada intenté decir una o dos palabras pero esque no me salían.No creí nunca que Diego fuera tan desconfiado.
-Me has fallado Diego,has desconfiado de mi.Las cosas tal y como son es lo que ves aqui-le expliqué señanlándome con un gesto de la mano.
Me concentré en no llorar pero sabía que no lo conseguiría así que me dirigí hacía mi cuarto,en el que lloré hasta que no me quedaron lagrimas.
No era la primea discursión que tenía con Diego pero sí la primera de verdad aunque con él siempre había momentos en los que me olvidaba de mis problemas a eso le llamaba yo felicidad.Por eso le estaba agradecida porque había conseguido eso,había conseguido que olvidará a mi padre y que me olvidara de mi madre,ya sé que es cruel pero era la verdad,Diego ocupaba cada parte de mi ser.

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