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jueves

¡Capítulo 8! (Leer P.D.)

-Como que por su parte no va a poder ser ¡Es mi madre por el amor de Dios,Rafael!
Me sentía impotente y fuera de lugar.Desesperada porque no sabía cuanto duraría esto y no me importaba,lo único que quería era saber la verdad.
Rafael entrelazó sus manos en la espalda y se medio vuelta,sin más.Subió la escaleras y escuché una puerta,probablemente la de su despacho.No había nadie en la casa,como casi siempre y Carol tampoco aparecía.
Me senté en el sofá sin saber muy bien que hacer y intentando no pensar en mi conversación con Rafael.Era un sofá de cuero,con lineas rectas y precisas.Los posabrazos eran como tacos de madera.No me gustaba ese sofá por eso nunca me sentaba en él,nadie se sentaba en él.Nunca había nadie en el salón lo que le daba un aspecto deprimente a la bonita casa.A mi tampoco me gustaba estar en el salón,prefería el patio o mi cuarto.Aunque la terraza era mi lugar favorito,sobre todo de noche cuando todo el cielo estaba iluminado de estrellas.Pero probablemente todos los sitios eran bonitos cuando me acompañaba Diego.Me sentía tan protegida y completa junto a él,como si no exitiera ningún tipo de preocupación para mi.
Alguien me llamó a gritos.Era Rafael.
-¿Quééééé?-contesté también gritando.
-Ven por favor.
Subí hacía el despacho del jefe y antes de entrar llamé a la puerta,costumbre.
-Pasa Blanca,pasa-me dijo pacientemente.
A Rafael le molestaba muchísimo que llamara a la puerta.
-¿Qué pasa ahora?-inquirí con aire ausente.
-Te quería dar una cosa.
Le miré con los ojos abiertos tremendamente curiosa,no quise adelantarme y esperé a que él tomara la palabra.
Trasteó en los cajones del gran escritorio de madera y sacó un sobre.Su mano se quedó paralizada en el aire,con el brazo extendido hacía mi mientras que yo obserbaba aquel sobre,como si fuera una espina en la garganta,lo cogí inmediatamente para poder despejérmela.
Era el que ví en casa de Carol y del que intúa que era mio,una intuición acertada,pero eso ya lo sabía yo en cuanto lo vi.En estos momentos hubiera abierto el sobre ropiéndolo y leer la carta alli mismo de pie pero no lo hice,salí del despacho dedicándole una ligera sonrisa a Rafael.Bajé las escaleras de nuevo,ocupando toda mi mente con la cara de Diego.Cruzé el patio a toda velocidad,entré en el cuarto de Diego,este estaba engominándose el pelo,pero yo le interrumpí abrazándolo por detrás.
-¡Diego,Diego!-exclamé contenta.
-¿Qué pasa?-preguntó mientras intentaba sujetarme las muñecas-Tranquilízate chica.
Empezé a reir histéricamente.
-Mira lo que tengo.
Le enséñe el sobre agarrándolo con las dos manos pero Diego pareció congelarse ante él.
-¿Qué?-inquirí repentinamente seria.
-¿Quién te lo ha dado?-Frio como el hielo.
Yo sonreí de nuevo ante la evidencia.
-Rafael obviamente.
-Ah-se limito a contesar.
Me senté en la cama mientras Diego seguía peinándose.No sabía a que se debía su falta de entusiasmo,creía que se pondría contento al ver lo feliz que estaba yo,pero parecía como si algo malo fuera a pasar.
-Bueno...-comentó.
Le miré atenta.
-...¿No la lees?-Terminó de decir.
Manuseé el sobre mientras lo observaba pensativa.
-Quería esperar a que lo leyéramos juntos.
Me miró con una mueca en la cara.Eso me molesto muchísimo.
-¿No quieres?
Su cara se tornó a tristeza.
-No es eso Blanca,creo que deberías leerla sola.
-¿Por qué?-contesté seca.
-Por que es algo que te incumbe a ti.Pero sabes que podremos hablar todo lo que quieras cuando la leas.
-¿Qué quieres decir con eso?
Se acerquó a abrazarme.
-Que voy a estar aqui para lo que me necesites.
Estaba de rodillas,mirándome con aquellos ojos claros que me ipnotizaban.
Le contesté tontamente en cuanto cogí aire.
-Ya lo sé cariño.
Gesticuló un "te quiero" con la boca mientras yo le acariziaba la espalda y él se dejaba querer un poquito más de lo habitual.Entendedlo como querais.



P.D: Tengo escrito mucho más por eso he tardado en subir.Me he dedicado a avanzar mucho la historia,pero según como sienta vuestro apoyo seguiré subiendo actus o no,asi que...¡Todo depende de vosotros! (L)

domingo

¡Capítulo 8! Continuación.

Salí del edificio a zancadas y anduve por el césped un poco despistada,sin saber muy bien a donde iba.Sé que mi cabeza no estaba para pensar y muchos menos para tomar decisiones importantes.Así que entré en la casa casi sin saber que sería lo próximo que haría,por suerte no tube que debatir mucho pues Rafael me sorprendió al salir de la casa cuando justo iba a entrar yo.
-Blanca ¿Cómo estás preciosa?-me saludó con la alegria que lo caracterizaba.
Hablé contra su pecho.
-Muy bien-dije riendo.
Avanzamos con el brazo de Rafael rodeando mis hombros.
-Ayer vi a Dani...-comenté.
-Creo que me dijo algo.
Hizo un extraño gesto con la cara,lo que me dió a entender que sabía que Dani y yo habiamos discutido.
Me deshice de su abrazo y lo miré fijamente.
Rafael era quizás la persona más importante aqui,en América,después de Diego,claro.Pero sabía que me ocultaba algo,lo que no sabía era cuanto tiempo iba a seguir haciéndolo y eso me ponía nerviosa.
Miré hacía el suelo,pensando en lo que decir,pero no me dió tiempo a decir nada.Rafael me cogió de ambos lados de la cara mientras hablaba.
-Muchacha,no debes preocuparte de nada.Te pedí que confiarás en mi,hazlo sin más.
-Que no Rafael,que no.Quiero ver a mi madre.
Me miró como si no diera crédito a lo que estaba escuchando.
-Creo que por su parte eso será imposible.

lunes

Reflexiones de media noche.

Hoy no puedo dormir,supongo que es por la emoción de las fiestas,el estrés,las ganas de que llegue todo y la pena de que se acabe...La navidad es bonita,no lo dudo,pero esta claro que no todo el mundo la disfruta igual.
A veces siento que estoy vacía.Me he dedicado de echarle el problema a mis gustos,a mi no me gusta el verano,no me gusta la navidad...Pero no,el problema soy yo,me doy cuenta de que no estoy aprobechando la vida y me voy a arrepentir lo que no esta escrito y no quiero.Tengo que solucionar este problema ya,todavía no sé como pero lo que sí sé esque será lo mejor que haga en la vida.No me apetece pasar toda mi vida así,amargada y con prohibiciones.
Pero a pesar de todo siento el cariño verdadero,pues solo ese hace que me olvide de todo esto,y piendo que no todo es malo que soy feliz pero solo hace falta que me encuentro sola para que vuelva a pensar la mierda que soy.
A pesar de todo siento que soy afortunada,que no me falta de nada.
Estas ultimas semanas no hago más que pensar en dar un cambio en mi y estoy entusiasmada por la idea,aunque tenga que pasar por momentos duros o tristes o por una depresión si hace falta.

Hoy por hoy,no tengo nada más que decir ¡Un beso!